viernes, 30 de septiembre de 2011

“Con cada torneo que pasa, el tenis se vuelve más individual y egoista”

Nota publicada en la edición número 5 de la Revista Foot Fault (CLICK AQUÍ)

El Enano, en una amena charla
(Foto: Luciana Bonomo)

En una charla a fondo, Diego Schwartzman contó que aspira a llegar bien alto, pero no se sube al pedestal ni pierde la calma. La gran promesa de nuestro país explicó por qué cuesta tanto llegar, cómo es jugar con jugadores de nivel ATP en categorías inferiores, por qué Argentina aún no logró la Copa Davis, y mucho más.

Quedó ya en el lejano recuerdo aquel Future 15 de Tucumán, torneo en que consiguió su primer punto de ATP, en 2009. Allí comenzó su etapa profesional. “No sabía qué iba a pasar después. Tuve la suerte de terminar esa temporada con algunos puntos más”, dice, mientras intenta soltarse en la charla. Se nota que el joven, de 19 años, mantiene la tranquilidad en todo momento: “La experiencia es lo que te da confianza. Y esa confianza llega cuando los resultados se empiezan a dar, de a poco”.
Lejos de apresurarse, Diego Schwartzman, una de las grandes promesas que tiene hoy el tenis argentino, se muestra cauto. No quiere adelantarse. Pero tiene ilusiones, como todos. “Entre Futures y Challengers hay una diferencia de nivel, pero no es tan grande como parece. Este año estoy tratando de meterme de lleno en los Challengers. La diferencia más significativa, quizá, pasa por la intensidad con la que se juega. Tenés que buscarte tus propias chances porque nadie te regala nada”, cuenta.
El Enano, como acostumbran algunos a llamarlo dentro del ambiente, sabe muy bien dónde está parado. Sabe, por lo pronto, que hay que luchar mucho para llegar: “Con cada torneo que pasa, el deporte se vuelve más individual y egoísta. Por eso siempre trato de estar con los argentinos durante las giras y los viajes. No va a ser fácil”.
- ¿Cómo te sentís jugando en diferentes superficies?
- Me gusta jugar en polvo; es donde mejor juego. En cemento jugué sólo tres torneos (US Open Junior y dos Challengers), pero me sentí cómodo, porque cada vez es más lento. Pero la costumbre, desde que sos chiquito, es jugar en polvo. En este país ya está incorporado. Se aprende a jugar en canchas lentas.
- ¿Eso tiene que ver con la escasez, sin tener en cuenta a Del Potro, de jugadores argentinos netamente sacadores?
- Los jugadores argentinos no son de gran estatura, quizá, como los europeos, que aprovechan esa cualidad y se ven beneficiados en el saque. Pero, por otro lado, no siempre es lo mejor buscar el ace. Lo importante es que la segunda bola quede lo más cómoda posible. El problema que hay en Sudamérica es que se hacen pocos torneos sobre cancha rápida, que es la superficie donde se desarrollan los sacadores. En Europa es al revés. Fijate que en todos los países, salvo en Francia y España, los tenistas crecen y entrenan en cemento y no en polvo. Todo pasa por la costumbre.
- Collarini dijo que se fue a Estados Unidos para progresar y aprender a jugar en canchas duras, que es donde hoy se marca la diferencia con el resto.
- No creo que sea así. La gente siempre se pregunta por qué acá los tenistas no saben jugar en cemento, y en realidad hay muchas canchas y se entrena bastante en cemento. Todo depende de la costumbre, el juego particular de cada uno y la manera en que lo desarrolle.
 Schwartzman -349° ATP- conforma, junto con Facundo Argüello y Agustín Velotti, la famosa camada de 1992. Los tres son la esperanza más grande que tiene el tenis argentino para que no entre en estado de letargo cuando caduque la generación vigente. Y él lo sabe: “Estamos jugando muy bien. Facu es el que más adelantado está; juega mucho en nivel Challenger y ya se escapó en el ranking (220°). Eso lo ayuda mucho, porque le permite asentarse en los Challengers y jugar, eventualmente, alguna Qualy de ATP. Agus, por su parte, ganó dos Futures seguidos -Perú F2 y F3- y se acercó mucho a mi ranking (llegó al Top 400).
- ¿Qué similitudes y diferencias podés marcar en el juego de los tres?
- A mí me gusta buscar solidez de fondo, pero no defender mucho. Sé que una de mis mejores cualidades es defender bien, pero no es cómodo que te ataquen todo el tiempo. No es bueno que el partido dependa de tu rival. Lo que sí me gusta es abrir la cancha y aprovechar las brechas, para poder atacar en el momento adecuado. Facu va al frente en todas. Le sienta bien la presión y le gusta ser ofensivo. No por nada le fue bien en torneos sobre cancha rápida, como Wimbledon Junior. Agus es el más defensivo. Contraataca bastante y lo hace muy bien. Se siente bien desde atrás, porque se hace fuerte defendiendo. Lo que pasa es que es muy complicado pasarlo; te va llevando al juego que a él le conviene. No es fácil atacarlo tampoco. En general, tenemos un nivel muy parejo. Lo bueno es que somos muy compañeros y vamos a coincidir en muchos viajes. Desde los 12 años que venimos jugando juntos. Hay mucha rivalidad, pero afuera de la cancha nos llevamos muy bien.
 Algo de diversión en la entrevista
(Foto: Luciana Bonomo)

- Teniendo en cuenta las rivalidades que se dieron en los últimos años dentro del equipo argentino de Copa Davis ¿Pensás, haciendo futurología, que al llevarse bien podrían conformar un gran plantel si algún día tuvieran que representar al país?
- Ojalá podamos llegar a jugar Copa Davis juntos. Sería algo muy lindo. Ya compartimos el equipo en los Juegos Odesur de Medellín 2010, y tuvimos a Guillermo Coria de capitán. Nos fue muy bien, fuimos de lo mejor de Sudamérica. Siempre se juegan Sudamericanos en equipo, pero esta vez fue más serio; compartimos una villa olímpica, por ejemplo. Se podría decir que fue un poco más profesional de lo habitual.
- ¿Cómo es Coria en el rol de capitán?
Nos enseñó mucho. Nos respondió infinidades de preguntas. Es un tipo que te aconseja mucho sobre las cosas que hizo bien y las que hizo mal, y trata de ayudarte para que no cometas los errores que quizá cometió él. Una vez nos dijo que “las finales no se pierden”. Es muy feo perder una final. Pensar que llegás hasta ahí, con lo difícil que es el camino, y te vas sin el título. Y si sos favorito, mucho peor. Coria fue durante varios años candidato en cualquier torneo que se jugara en polvo de ladrillo. Por eso perder algunas finales, tal vez, le significó mucho.
- Hablando de las finales, Argentina jugó tres en Copa Davis y jamás consiguió el título, ¿por qué?
- Jugar finales no es fácil, quedó más que claro. Personalmente, no tengo un buen promedio -ganó una final sobre nueve que jugó-. Lo bueno es que Argentina no baja de las instancias importantes desde hace varios años, y eso significa que se está yendo por buen camino. Este año, si se pasa Serbia, puede haber muchas chances en la final.
El Enano sabe que no hay fórmulas específicas para conseguir buenos resultados. Pero también conoce algunas circunstancias que son de gran ayuda. “En los últimos Challengers entré directo. Al principio hubiera querido meterme desde la Qualy, porque eso te da la posibilidad de ganar 6 puntos más. Pero, si lo mirás desde otra perspectiva, entrar directo te da más días de descanso, cosa que a la larga hace la diferencia”, explica.
- ¿Existe una diferencia que marcan los preclasificados o no es más que un mito?
- Ser preclasificado te ayuda bastante, porque en las primeras dos rondas evitás a los mejores del torneo. Y no es poca cosa. Más allá de que el nivel Challenger es mucho más parejo; no siempre llegan los preclasificados a las instancias finales.
- De hecho, en el tenis de hoy gana cualquiera.
- No sé si es así en ATP; Djokovic gana todo sin parar, je. Yo creo que, más o menos, en los torneos importantes de ATP siempre llegan casi todos los Top Ten a las finales. En niveles inferiores sí que es más parejo.
- ¿Cómo creés que será jugar el cuadro principal de un ATP?
- La verdad es que no me imagino cómo se sentirá. Tuve la posibilidad de entrenar con varios argentinos que juegan en ese nivel y es muy distinto. Me sirve porque me voy fogueando con ese tipo de jugadores. Espero poder meterme de lleno en los Challengers y que me vaya bien, que vendría a ser el siguiente paso.
- De todas maneras, hay varios cuadros de Challengers que están superpoblados por jugadores de nivel ATP.
- Sí, hay jugadores de todos los niveles, por eso es más parejo. Eso marca que la distancia Future-Challenger es mucho más grande que Challenger-ATP. Claro que siempre hay que pegar un salto de nivel, pero no es tan grande de Challengers a ATP.
- ¿Cómo te bancás los viajes?
- No fue fácil conseguirlo, pero hace dos años firmé con un sponsor, que me paga los viajes y todo tipo de gastos. Son 5 o 6 socios que me bancan todas las giras, y eso facilita mucho las cosas. Más allá de que la familia pertenezca a la clase media o clase alta, cada viaje, ropa, raquetas, implican mucho dinero.
Además de tenista, Schwartzman es un chico. Aprovecha algunos tiempos libres para depuntar el vicio: “Soy fanático de la Play. Juego mucho con Zeballos, con quien compartí las últimas giras de Challenger. Él lleva la Play y estamos todo el día jugando. Lo que pasa es que en los torneos es todo muy rutinario. Te despertás, vas al club, entrenás. Y salvo que se juegue de noche, a las 6 de la tarde ya estás en el hotel de nuevo. Podés descansar un rato, pero después tratás de relajarte y divertirte de alguna manera”.
- Durante el US Open, Zeballos publicó en una de las redes sociales que, con el ataque del huracán Irene, si se le cortaba la luz se moría porque ya no tendría nada para hacer.
- Sí, yo le mandé un mensaje y le dije que aprovechara a practicar, a ver si puede ganarme en la próxima gira. A Zeballos lo tengo de hijo; una vez me robó un empate, no tiene victorias. A Facu también le gusta mucho la Play. En realidad, a Facu le gusta todo lo que sea competencia. Quiere ganar a todo.
- Eso explica su temperamento dentro de la cancha. Se nota que es competitivo. Dijo que su ídolo es Gaudio, de quien pareciera que tomó una herencia genética.
- ¿Gaudio es su ídolo? ¡No sabía! Tiene un gran temperamento y una actitud tremenda, pero no es tan loco como Gaudio, ja.
- ¿Y vos? ¿Tenés actitud y temperamento dentro de la cancha?
- Soy bastante fuerte de cabeza. Quizá no muestro mucho lo que me está pasando en determinados momentos, pero a veces se me escapa un grito que me hace volver al partido.
- ¿Qué expectativas tenés a corto plazo?
- Tratar de sumar la mayor cantidad de puntos en las giras. Ganar, si se puede. Y si no se gana, tratar de hacer un buen tenis, porque en definitiva sabés que también depende de la actitud. El ranking lo miro, pero no me pongo un objetivo en ese sentido, porque hay que defender puntos y estás atado a distintas circunstancias, como las lesiones. Los resultados van de la mano con el ranking.
Por último, no le escapa a sus sueños: “jugar Copa Davis para mi país”. ¿Quedó claro?

Por @amalfitanopablo

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