sábado, 10 de septiembre de 2011

Generación del 90

Esta nota no me pertenece. Pero quiero compartirla. Martín Estevez, periodista de El Gráfico, publicó el siguiente trabajo en la edición de agosto de la revista. Un lujo.

Grigor Dimitrov, de lo más similar a Roger Federer

Cuando empuñan una raqueta poseen un talento descomunal. Una camada de jóvenes, poco conocidos, que invadirá el ranking mundial en los próximos años.


Esta nota tiene trece fotos y veinticuatro nombres. Probablemente no reconozcas ninguna cara, quizá te suenen tres o cuatro apellidos. Pero es solamente por ahora. Un deporte llamado tenis logrará que muchos de ellos, nacidos en la década de 1990, sean megaestrellas en apenas años. O meses. O semanas.

Los jóvenes de otras épocas han crecido. Federer, Ferrer (29 años) y Roddick (28) ya sufrieron la invasión de Nadal (25), Djokovic, Murray y Monfils (24). Ahora, todos ellos ven nacer a una nueva generación, un batallón de hombres-raqueta dispuestos a sacar, devolver, correr, volear. Dispuestos a socavar los cimientos del ranking hasta derruir el Top Ten, hasta quedarse con su dinero, sus torneos, su gloria. Es un poco exagerado, pero es más divertido imaginarlo así. Bienvenidos al futuro del tenis.

CATEGORIA 90

“Soy perezoso e inteligente, rasgos que me dijeron que son propios de un montenegrino”. Aunque la pereza no tenga buena prensa, a Milos Raonic le da resultado. Nacido el 27 de diciembre en Pogdorica, actual Montenegro, los conflictos balcánicos lo mudaron a Canadá a los 3 años y se nacionalizó. Usó su 1,96m para dedicarse al tenis y recibió una beca de la Universidad de Virginia. Sin embargo, evitó los torneos universitarios y comenzó desde muy joven su carrera profesional.

Fenomenal sacador, en 2009 ganó dos Futures (torneos de menor jerarquía que otorgan puntos para el ranking), pero en abril de 2010 estaba fuera de los 400 mejores. Poco después decidió que lo entrenara el español Galo Blanco (40° del mundo en 1998). Se mudó a Barcelona y le cambió la cabeza. Este año llegó a octavos de final del Abierto de Australia después de atravesar la clasificación y derrotar a Llodra (24°) y Youzhny (10°).


Raonic, impresionante sacador canadiense

Veinte días después fue campeón en San Jose al ganarle a Verdasco (9°); una semana más tarde, finalista en Memphis. Habitual jugador de Copa Davis (record de 5-2), ya es el canadiense que alcanzó un mejor ranking (28°) y sus fans hasta le hicieron una canción, que se puede ver en Youtube, en la que lo proclaman Mesías del tenis. Vuelve seguido a Montenegro: allí viven sus hermanos y su tío, vicepresidente del país. “Su progresión está siendo mucho más rápida de lo que planeamos”, se sorprende Blanco. “El cielo es su techo”, asegura Martina Navratilova. Su déficit es que casi no jugó sobre polvo de ladrillo.

A Richard Berankis lo vimos de cerca en enero, cuando llegó a tercera ronda en Australia al derrotar a un lesionado Nalbandian. Nació el 21 de junio en Lituania, en una familia de clase trabajadora sostenida por su papá, que era taxista. Le enseñó a jugar su hermana Lina y, luego, Remigijius Balzekas lo entrenó pese a la imposibilidad de pagar clases. “De chico quería ayudar a otras personas, especialmente a los mayores. En mi escuela de tenis trabajaba todo el tiempo, hacía cosas que no le pedíamos. Tiene un corazón enorme”, lo engrandece. Berankis viajó a Estados Unidos para sumarse a la principal academia de tenis, la de Nick Bollettieri.

En 2007 ganó dos importantes torneos juveniles, el Orange Bowl y el US Open, y entrenó una semana con Federer. Sin embargo, le costó jugar ante profesionales. Hasta 2010 sumó resultados erráticos, pero en San Jose, su primer ATP, avanzó desde la clasificación hasta cuartos de final. Esa temporada resultó brillante: ganó dos Challengers (torneos inmediatamente inferiores a los ATP), llegó a segunda ronda en Wimbledon y el US Open, y consiguió sus tres primeros triunfos ante jugadores Top 100. Gracias a una devolución magnífica, alcanzó el puesto 73° este año. “Muchos en Lituania quieren ser como Richard –apunta Balzeka-. Es el joven más popular del país”.

Menos famoso es Jerzy Janowicz, un gigante de 2,03m nacido en Polonia. Su carrera avanza progresivamente. Finalista del US Open 2007 y de Roland Garros 2008 en juveniles, le ganó a Mahut (45°) en su cuarto partido profesional. En 2011, sin embargo, sigue acumulando experiencia en Futures. En Challengers, sus primeros intentos fueron exitosos: ganó uno y fue finalista en otro. El 25 de julio se ubicó 142°.

De Europa del este también proviene Uladzimir Ignatik, criado en la República de Belarús. Rapidísimo en la cancha, también fue rápido John Roddick, hermano de Andy, para invitarlo a su academia. Ignatik no sabía adonde lo llevarían. “Cuando llegué y vi el nombre de Roddick no lo podía creer”, cuenta. Es uno de los más bajos del circuito (mide 1,65). Ha ganado seis Futures y dos Challengers, llegando al puesto 153. Este año derrotó a un ex Nº1, Thomas Muster (sí, todavía juega).



En Lituania, el futuro se llama Richard Berankis


Los únicos dos zurdos de la nueva camada son argentinos. Uno es Facundo Bagnis. Santafesino y admirador de Patrick Rafter, es una consecuencia positiva que dejó el boom del paddle en la triste década del 90: aprendió en esas canchas. Sus cuatro primeros torneos fueron Futures jugados en la Argentina. “Que haya torneos acá nos ayuda mucho, nos hace más fuertes”, explica en charla con El Gráfico. “Si hubiera más Challengers y torneos ATP en Buenos Aires, Argentina sería lo mejor del tenis mundial”.

Desde 2008 acumula cinco Futures. Este año debutó en torneos ATP (superó la clasificación en Santiago) y ganó el Challenger de Barranquilla. “Fue una semana brillante, me ayudó mucho en lo anímico. Era el envión que necesitaba en mi carrera”. Consultado sobre cuándo un tenista alcanza su mejor rendimiento, analiza: “La mejor combinación de lo mental, lo físico y lo tenístico se alcanza entre los 23 y los 26 años”. El está en ese camino: en junio alcanzó el puesto 166 del ranking.

El otro zurdo prometedor es Federico Delbonis. Marta, trabajadora social, lo dio a luz el 5 de octubre en Azul. Actualmente entrena un poco ahí y un poco en Barcelona. Sus comienzos en el profesionalismo fueron difíciles: ganó solo 8 de sus primeros 22 partidos. Empezó a imponer su altura (1,90) en enero de 2009, cuando fue campeón en Guatemala.

Siete meses después, encadenó ocho triunfos consecutivos para ganar un Challenger en Italia. En 2010 volvió a festejar en la península, derrotando a Florian Mayer (47°) en la final. Además fue convocado para participar de la Copa Davis y alcanzó el 117° puesto. Este año llegó a semifinales del ATP de Stuttgart. Sus objetivos: “Ganar un Grand Slam y ser Top 5”.

Un poquito más relegadas, crecen las figuras de Evgeny Donskoy (Rusia), Cedrik Marcel-Stebe (Alemania) y David Goffin (Bélgica).

CATEGORIA 91

El tenis búlgaro se abraza a Grigor Dimitrov. Nacido el 16 de mayo, tiene todo para ser un crack, especialmente un revés a una mano que se parece sospechosamente al de Federer. Su padre, entrenador, lo apuntaló desde chico. A los 15 años debutó en un Future ante un rumano de 25 y le ganó un set. Campeón juvenil en Wimbledon y el US Open, llegó a Rotterdam 2009 siendo 478° del ranking: eliminó a Berdych (23°) y le robó un set a Nadal. En 2010 ganó tres Challengers consecutivos pero, mientras trepaba hasta su actual puesto 57, empujó a un árbitro durante un duelo contra Berankis: pagó 2.000 dólares de multa. Especialista en césped, vive en Francia y es una amenaza inmediata para los mejores.

Andy Kuznetsov no es el ex CQC que conduce Perros de la Calle, sino un tenista ruso que vive en Balashikha. Andrey también aprendió tenis gracias a su papá. Ganó el Wimbledon junior en 2009 e irrumpió entre los mayores en 2010, al llegar a octavos de final en Eastbourne, su primer ATP, y ubicarse 163°. Este año alcanzó cuartos en Casablanca tras eliminar a Baghdatis (26°), pero una lesión lo mantiene fuera de las canchas desde junio. Su déficit: el traslado. A veces sus movimientos son toscos.

Otros tenistas de la camada 91 con mucho talento son Pablo Carreño Busta (España), Yong-Kyu Lim (Corea del Sur), Christian Lindell (Suecia) y Tsung-Hua Yang (Taiwán).


Nació en Alemania, pero Bernard Tomic es el potencial del tenis australiano


CATEGORIA 92

No puede ser que Bernard Tomic tenga 18 años. No por su altura (1,93), sino por sus resultados. Nacido en Alemania el 21 de octubre, y nacionalizado australiano, ganó el Orange Bowl sub 12, sub 14 y sub 16. En el medio, cuando tenía 15 años, lo invitaron a la clasificación de Australia para foguearlo. ¿Foguearlo? Derrotó a Jimmy Wang (147°) ante un público asombrado. Un año después, la invitación fue para el cuadro principal: le ganó a Potito Starace (73°).

En enero de 2010 se anotó en la qualy del Challenger de Burnie y terminó ganando el torneo. Su temporada 2011 obliga a esta enumeración: en Australia venció a Chardy (44°) y Feliciano López (31°), superó la clasificación de Wimbledon y allí venció a Davydenko (27°), Andreev (79°), Soderling (5°), Malisse (42°) y hasta le sacó un set a Djokovic en cuartos de final, llegando al puesto 68. “Posee la habilidad de no entrar en pánico en los puntos decisivos”, destaca el ex N°1 del mundo, John Newcombe.

El tenis estadounidense, en crisis, observa con alegría la evolución de Ryan Harrison. Su papá Pat, que jugó algunos Futures, lo ayuda desde la infancia. Y Andy Roddick, desde los 15 años, cuando lo vio y quedó deslumbrado. Harrison debutó justo a los 15: les ganó a jugadores de 23 y 24 antes de perder con nuestro ahora conocido Berankis. En 2008, cuando ocupaba el puesto 1.277 del ranking, lo invitaron a la clasificación de Houston: avanzó hasta octavos de final y subió más de 500 puestos en una semana.

Es el primer jugador, desde Nadal, en ganar un partido antes de cumplir 16. Este año llegó a octavos en Indian Wells (perdió ante Federer) y a semifinales en Atlanta, trepando al 94° puesto. Especialista en césped, alcanzó segunda ronda en Wimbledon. Su hermano Christian (29/5/94) debutó este año en Futures.

Bien a principios de 1992, España sumaba otro gran deportista: en Madrid, nacía Javier Martí. Sus comienzos como profesional tuvieron resultados deportivamente catastróficos, pero en mayo de 2010 ganó un Future en Bulgaria. En julio, otro. En octubre, otro. En enero de 2011, otro. “Aprendió a perder luchando”, comenta su entrenador, Oscar Burrieza. Este año se anotó para jugar la clasificación de Roland Garros, pero el ranking no le alcanzaba ni para eso. Cinco minutos antes del cierre de la lista, el eslovaco Martin Klizan anunció que no viajaría por lesión. Martí ingresó en su lugar, ganó tres partidos y llegó al cuadro principal. “Mi punto fuerte son los golpes de fondo, pero tengo que mejorar el servicio”, dice Martí, que fue 217° del mundo en julio.

Otros buenos proyectos cosecha 92: Filip Krajinovic (Serbia) y los argentinos Facundo Argüello, Diego Schwartzman y Agustín Velotti.

Delbonis, de Azul, ya hizo la diferencia con su 1.90 metros

CATEGORIA 93

El brasileño Tiago Fernandes tiene 18 años y ya estamos escribiendo sobre él. ¿Por qué? Porque debutó a los 14, porque ganó Australia 2010 en juniors, porque llegó a la final del Challenger de Recife pero no se presentó porque su cuerpo adolescente no soportó la seguidilla de partidos. Recién aparece en el puesto 373, pero algunos postulan que en el futuro no tendrá nada que envidiarle a Guga Kuerten.

¿Y qué podemos decir del español Roberto Carballés Baena, si apenas jugó un puñado de partidos y está 441°? Que debutó en agosto de 2010 y ganó su segundo Future. Que sumó 14 triunfos seguidos entre los mayores mientras jugaba algunos torneos juveniles. “Sí, me va bien, pero lo más importante era terminar el colegio para tener acceso a la Universidad –asegura-. Si sufro alguna lesión grave, podré estudiar una carrera”. Talentoso y precavido.

Para hacer futurología están los astrólogos. Es imposible saber cuál de ellos desplegará su potencial. Claro que se puede opinar, como lo hace Facundo Bagnis: “Jugué contra Dimitrov y es el que tiene más cualidades de acá al futuro. Y Fede Delbonis es un jugador peligrosísimo que puede ganarle a cualquiera”. Mire estas trece fotos, lea estos veinticuatro nombres. Probablemente no reconozca a ninguno. Pero es por ahora. Solamente por ahora.

Por Martín Estevez

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