Nota publicada en la Revista El Gráfico (CLICK AQUÍ)
Juan Martín volverá a vestir la celeste y blanca frente a Croacia por los cuartos de final. Y lo hará nada menos que en una edición con grandes posibilidades de consagrarse.
ANTES QUE NADA, hay que aclarar algo: Del Potro tiene alma de campeón y no quiere otra cosa más que terminar con los rumores que predican lo contrario. Ganar todo es lo único que se propone, y sabe que sus condiciones son idóneas para triunfar.
Muchos creen que su manera de manejarse frente a los medios es, si se quiere, políticamente incorrecta. La gente se preguntará: ¿No hubiera sido más fácil decir simplemente “juego” o “no juego” en lugar de darle tantas vueltas al tema? En definitiva, la expectativa parece gustarle; se toma su tiempo para decidir cada detalle de su carrera, que este año podría darle frutos asombrosos luego de dos temporadas de transición.
La incertidumbre se adueñó del ambiente en la previa de la serie ante Alemania en Bamberg, por la primera ronda de la Copa Davis. La gente quería que Juan Martín jugara, sobre todo porque había que vencer a un equipo sólido y dueño de una rica historia en territorio ajeno; de no hacerlo, había que disputar el tan temido repechaje por la permanencia.
Finalmente, pateó el tablero y torció las posibilidades de Argentina, que sin embargo salió ilesa gracias al aporte de Nalbandian yMónaco. Su decisión no fue bien recibida por el público, pero sí se pudo entender a partir del brusco cambio de superficie que habría sufrido en caso de haber jugado -dos días después de la serie en polvo con Alemania iba a disputar los torneos de Rotterdam, Marsella y Dubai sobre cemento-.
Con la clasificación a cuartos de final ya consumada, Del Potro volvió a sembrar suspenso en el territorio de la Davis. La gente seguramente pensó que cosecharía una decisión similar a la anterior. Sin embargo, las circunstancias en este momento difieren bastante. Además de volver a representar al país, jugar la primera semana de abril en Buenos Aires frente a Croacia le servirá al tandilense como preparación para la gira más importante del mundo sobre canchas lentas: los Masters de Montecarlo, Madrid y Roma, seguidos de Roland Garros.
En ese contexto, Franco Davín, su entrenador, se refirió al tema en medio del Masters de Indian Wells: “Juan Martín quiere jugar todo. Es un chico y tiene muchas ganas de intentarlo, aunque sabe que corre riesgos físicos. Este año estará cargado de compromisos, pero quiere ir por todo”. La decisión se hizo esperar, pero esta vez no dejó lugar a dudas: Del Potro jugará frente a Croacia y volverá al equipo de Davis tras la derrota con España en lafinal de Sevilla.
Del Potro apareció en 2009 como una amenaza tan grande como real para pelear en los puestos más altos del ranking. La lesión de muñeca lo alejó durante 2010 y lo obligó a utilizar todo 2011 para volver a posicionarse en la elite. Recién este año puede pensar seriamente en luchar bien arriba; justo en un año olímpico. “Sueño con los Juegos Olímpicos. Muchos me contaron que lo que se vive ahí no se compara con nada”, había dicho Delpo al respecto.
Por eso, Davín está lejos de equivocarse. Tiene muy en claro lo pesado que será este año para su pupilo. A los Juegos Olímpicos se le suman la lucha por reingresar en el Top Five -cada vez más cercano- y la Copa Davis, que se presenta como una nueva edición “accesible” para Argentina. Juan Martín no quiere ausentarse en ninguna cita.
“2012 será el año de Argentina en la Davis”, dijo el tres veces campeón David Ferrer. Su contundente declaración tiene que ver, más que nada, con la condición en que Argentina jugará todas las series de aquí en adelante. De ganarle a la Croacia de Cilic y Karlovic, enfrentará en Argentina a Serbia o República Checa. Y en caso de avanzar a la final, se las verá con Austria, España, Francia o Estados Unidos, también en casa.
Ferrer lo sabe, y por algo lo dijo. Cualquier otra persona vinculada al tenis también debe saberlo. El reencuentro entre Del Potro y la Copa Davis puede formar un matrimonio capaz de escribir una leyenda y quedar definitivamente en la historia.
Por @amalfitanopablo
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